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El Vítor de San Pedro Bautista vuelve a lograr los 1.000 euros
San Estaban del Valle celebra las fiestas en honor de su paisano con enorme entusiasmo y alegría
La gran afluencia de caballistas, de vecinos ataviados con sus pañuelos rojos y la llegada de muchos forasteros dan al Vítor una enorme espectacularidad.
Como todas las fiestas que se celebran en honor de San Pedro Bautista en la localidad barranqueña y abulense de San Esteban del Valle, ninguna defrauda. Las de invierno en febrero, los días 5 y 11, y las del mes de julio, los días 7 y 8, siempre ofrecen algo distinto. Las celebraciones de este verano se han distinguido por el enorme calor que nos ha acompañado pero también por la gran afluencia de vecinos y forasteros que han querido disfrutar de la semana grande.
Sin duda alguna, de todos los actos que se producen, el Vítor es el momento más emocionante y representativo de las fiestas. Este año, pese a ser lunes y martes, su celebración ha sido un gran éxito en cuanto a asistencia de personas mayores, jóvenes y pequeños. Los caballistas y las amazonas subidos en sus corceles no han fallado. En las dos celebraciones se han dado cita un nutrido grupo que nos han brindado un precioso recorrido por todo el pueblo a la vez que una espectacular carrera en la subida hacia la Iglesia del pueblo.
En la primera de las dos subastas por ver quién lograba clavar el Vítor en la casa de los dos mayordomos, los hermanos Mónica y Jorge Martín Martín, apenas se produjo una gran disputa como en otras ocasiones. Rápidamente se llegó a la cifra de los 1.000 euros y nadie más quiso superar esa cantidad. De forma que Pilar Martín Herrero y su hijo, David Martínez Martín, vieron cumplida su promesa al Santo.
Fue un momento lleno de emoción y enorme ternura. Con la voz entrecortada, Pilar quiso rendir un homenaje a su hijo y a todas las personas que, como David, sufren el Síndrome de Sotos. Muy emocionada pidió a todo el pueblo y a todos los presentes un gran aplauso para ellos. Tras unos segundos de enorme silencio, todos los asistentes arroparon a David lanzando vivas y fuertes aplausos, un gesto que, madre e hijo agradecieron muy emocionados.
Sin duda alguna, el recuerdo de su padre fallecido, Antonio Martínez, aportó si cabe una mayor ternura y cariño por parte de la gran multitud que nos encontrábamos delante del balcón de la casa de los mayordomos, la familia Silvestre. Tal y como Pilar me ha manifestado, muchos vecinos de San Esteban del Valle la han trasladado que "ha sido una de las mayores emociones que se recuerdan desde hace tiempo".
La pasión de los vecinos por Pedro Bautista
Ha sido el gran gesto de estas fiestas, unos aplausos que Pedro Bautista habrá agradecido a su pueblo natal pues, no solo son días de jolgorio y diversión, sino que sirven para demostrar la pasión que los vecinos tienen por su paisano, martirizado en Nagasaki (Japón), en 1597.
Y es que, el Vítor, en sí mismo, aúna especialmente religiosidad, a la vez que mucha alegría, pasión, júbilo y, cómo no, recuerdos, especialmente de nuestros familiares que, o bien es la primera celebración a la que ya no asisten, o bien son tantas fiestas las que llevamos sin ellos, que no podemos dejar de acordarnos de ellos en estos días.
Son dos noches mágicas que están impregnadas de todos los calificativos que podamos juntar en nuestra mente. Por eso, no faltan nunca vivas hacia los ausentes, como también hacia los forasteros que, siempre que pueden, nos acompañan. Dos paisanos de Villarejo del Valle y Mombeltrán con los que estaba a su lado me expresaban que se alegraban mucho nos acordásemos de ellos.
Mi amigo José Miguel Hernández, que se acercó desde Arenas de San Pedro a disfrutar del Vítor, me comentaba a su vez que es una celebración en la que se palpan muchos aspectos. "En lo social y humano, me señalaba, es un acto en el que se rezuma alegría y candidez humana. En lo religioso -decía, veo una fe ciega en lo que el mártir San Pedro Bautista significa para el pueblo; un orgullo para presumir de su Santo paisano".
Me manifestaba además que, se palpan una conjunción de elementos entre lo humano de las gentes y la emoción que las personas transmiten a lo largo del recorrido del Vítor. Todo ello unido a la elegancia con la que los caballos caminan, trotan o corren velozmente hacia la Iglesia, erigida en lo más elevado del pueblo, donde la carrera reúne a modo de procesión a multitud de personas, ataviadas muchas de ellas con pañuelos rojos a la cabeza. "Estos aspectos y muchos detalles más conforman y arraigan una tradición que ya quisieran tener otros pueblos abulenses", señalaba.
El momento más sublime
Como cada celebración, el arranque del Vítor delante de la capilla, levantada sobre la misma casa donde nació San Pedro Bautista, estuvo lleno de entusiasmo y fuertes vibraciones entre los asistentes. Las luminarias humeantes daban un olor y un resplandor espectacular en medio de la oscuridad y calurosa noche de julio. El grupo de jóvenes con sus antorchas encendidas, los caballistas y la muchedumbre, niños incluidos, ataviados con sus pañuelos rojos a la cabeza, esperaban emocionados que Iván García García recitase sus primeros versos y proclamas.
Siempre afirmo que es el momento más explosivo y así es. Los vítores que salen de las gargantas de los asistentes están llenos de una fuerza especial. Toda la plaza se convierte en un clamor. Hasta tal punto que, para mí me resulta difícil de expresar en palabras lo que se vive en dicho lugar. Son múltiples los gestos y las emociones que los lugareños sienten y transmiten.
Nuestro recitador lanza la primera proclama en honor de Pedro Bautista. En ese momento, dejan de sonar las campanas, el grupo de la gaitilla Filigranas ha dejado de tocar y los cohetes no retumban en el atardecer del verano.
¡Cuna de su nacimiento
Es San Esteban del Valle
Espectador con detalle
De prodigiosos momentos
Sin atisbo de lamento
Ni lugar a mezquindad
Concibió la cristiandad
Como real apostolado
Designio de Dios marcado
Por lema ejemplaridad!
¡¡¡Vííítooorr!!!, responde la multitud, repitiendo el estribillo de ¡Vítor San Pedro Bautista, protomártir del Japón, que quien vea esta función a muchas con salud asista, Vííítooorr!
Otra de las décimas que no faltan en todo el recorrido por el que transcurre el Vítor es la que habla de Pedro Bautista niño, a quien le encantaba jugar en el pueblo antes de iniciar su formación franciscana.
¡Ved a Pedro que jugaba
Con otros de sus iguales
Y en enormes festivales
Sus aficiones mostraba.
Procesiones simulaba
Y eran toda su afición
Pública demostración
De que llegando algún día
El héroe invicto sería
Del calvario del Japón!
Precisamente, de tierras filipinas vino hace escasamente un mes a visitar el pueblo y la capilla donde nació Pedro Bautista un joven franciscano filipino, Lloyd Paul Elauria, y nos ha dejado una Oración de Gracias para la fiesta. Reproduzco dos párrafos que muestran el enorme cariño que tienen al Santo en aquellas tierras del Lejano Oriente.
"Tú, Dios, lo enviaste desde esta querida tierra de España a tierras lejanas, para llevar la luz del Evangelio a los pueblos de Filipinas, Japón y México. Te alabamos y te damos gracias por su valentía, celo y caridad. Por su profundo amor a los pobres y a los que sufren. A través de su ejemplo, has unido a nuestros pueblos más allá de los continentes y de los siglos".
"Que San Pedro Bautista siga inspirándonos a trabajar por la paz y la justicia. A servir a los pobres y necesitados y a encender el celo misionero en nuestros corazones".
Manifestar que la segunda de las noches del Vítor fue igualmente muy emotiva. Con menor asistencia de forasteros y de vecinos por sus quehaceres laborales pero igual de alegre. La subasta por clavar el Vítor se cerró en 400 euros. Carmen Martín Herrero, madre de los dos mayordomos, cerró muy serena con vivas al Santo, a los presentes y a los ausentes, dos noches que, como siempre, han resultado mágicas.
El relevo de los mayordomos para las siguientes fiestas de 2026 lo han tomado María y Lucas Sánchez Gómez. ¡Enhorabuena!
El pueblo ha vivido unos días de fiesta que arrancaron el pasado 5 de julio con la celebración de la III Gymkana, organizada por la Agrupación de Peñas y Amigos de San Esteban del Valle. El día 6 tuvo lugar la comparsa de Gigantes y Cabezudos. Con la subida del Santo y la Santa Cabeza a la Iglesia, dieron comienzo los actos religiosos para después acudir a la casa de los mayordomos a degustar las famosas castañas, la limonada y las pastas, tal y como manda la tradición.
El pregón desde el Ayuntamiento corrió este año a cargo de la peña La Resistencia. Previamente, se produjo el desfile de peñas ante la Corporación que preside la alcaldesa Almudena García Drake. Junto con el Vítor, el remate de los banzos y de los rosarios de castañas han formado parte de los actos más relevantes. No han faltado los encierros y las dos novilladas. El broche de la semana festiva se cierra con la degustación de la caldereta.
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