El Barça de Flick en el años dos tras su paso por el Bernabéu: de la goleada al desconcierto

El técnico se enfrenta ahora a su reto más difícil: recomponer un Barça herido, presionado y sin rumbo definido.

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El Barça de Flick en el años dos tras su paso por el Bernabéu: de la goleada al desconcierto
Flick vio el clásico desde una cabina porque estaba sancionado (EFE)
El autor esTeresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 2 min.

Del 0-4 del año pasado en el Bernabéu al 2-1 cedido este domingo, mucho ha cambiado el Barcelona de Hansi Flick. El conjunto azulgrana llegó a la primera gran cita doméstica del curso en un momento delicado, marcado por las lesiones, la falta de frescura y un entorno cada vez más enrarecido. Aquí algunas de las claves que explican el cambio 365 días después.

El momento de Lamine Yamal

El joven talento de Rocafonda no atraviesa su mejor etapa. Llegó justo de forma al clásico y envuelto en polémica tras unas declaraciones en el entorno de la Kings League, donde comparó al Real Madrid con el equipo Porcinos de Ibai Llanos, insinuando que "roba y se queja". Las palabras no sentaron bien en el vestuario blanco y el celebrado 2-1 final, con gestos de revancha y tensión en el campo, dejó claro que el Madrid tenía cuentas pendientes tras las cuatro derrotas consecutivas ante el Barça la temporada pasada.

A nivel físico, Lamine arrastra una pubalgia desde el inicio del curso. Juega con dolor, sufre en los sprints y su fútbol de desborde ha perdido chispa. El cuerpo técnico teme que la dolencia se cronifique si no se gestiona con pausa.

Lesiones

El problema no es solo Yamal. Flick se vio obligado a alinear a Ferran Torres pese a no estar recuperado al cien por cien.
Además, siete futbolistas titulares siguen fuera de combate: Ter Stegen, Joan García, Christensen, Gavi, Dani Olmo, Lewandowski y Raphinha. Un panorama que explica buena parte del bajón competitivo.

Cinco cambios respecto al 0-4

Respecto al histórico 0-4 del curso anterior, Flick presentó cinco cambios: Iñaki Peña en portería, Íñigo Martínez fuera del equipo (ahora en Arabia Saudí), Casadó por Frenkie de Jong, y Ferran y Rashford en lugar de Lewandowski y Raphinha.
El resultado fue un Barça menos reconocible, con menor control y sin líderes claros.

La salida gratuita de Íñigo Martínez ha dejado un hueco importante. Era el líder defensivo y emocional, quien ordenaba la línea y daba equilibrio a los jóvenes. Su marcha dejó una defensa más vulnerable y un vestuario con menos jerarquía.

Cuando el portero es el mejor…

En el Bernabéu, el mejor del Barça fue Wojciech Szczesny, que evitó una goleada mayor con nueve paradas, incluido un penalti detenido a Mbappé. Un dato que, más que elogiar al guardameta, revela las carencias del equipo.

Flick, ante el laberinto 

En su primera temporada, Flick conquistó Liga, Copa y Supercopa, y alcanzó las semifinales de Champions. Su estilo metódico y distante funcionó. Pero este año, el alemán parece superado por el entorno. No domina el español, no comprende el ruido mediático constante y se siente desbordado por los conflictos internos. El último ejemplo: la polémica sobre el supuesto castigo a Lamine Yamal por llegar tarde a una charla técnica antes del duelo ante el PSG, una información que Flick negó tajantemente, molesto por las filtraciones y la falta de control interno.

 

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