50 menores han participado en la procesión organizada por la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza
Los más pequeños levantan la Cruz de Mayo por las calles del centro de la ciudad
50 menores han participado en la procesión organizada por la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza
Los más pequeños han sido los grandes protagonistas de la Procesión de la Cruz de Mayo, una iniciativa organizada en la mañana de este sábado por la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza en la ciudad de Ávila.
Tras el "éxito" del pasado año, la procesión ha salido por las calles del centro de la capital abulense por segunda ocasión con el objetivo de que "los niños y jóvenes que les gustan las cofradías de Ávila vean como se organiza todo", ha explicado Sergio Fernandez, presidente de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, minutos antes del inicio del desfile procesional desde la iglesia de San Juan Bautista.
"Ellos se encargan de todo, del montaje del paso, de llevar el paso, de las velas, del cortejo, es enseñarles desde bien pequeños el significado y el sentido de las cofradías y de las hermandades", ha apuntado Fernández, tras destacar que "estamos muy orgullosos, contentos y felices de cómo lo organizan y de la seriedad que ponen en todo lo relacionado con esta procesión". "Esto quiere decir que Ávila está viva en las cofradías y eso se demuestra con su juventud", ha dicho.
En total han sido 50 menores los encargados de llevar la Cruz, acompañados por grupos de jóvenes de otras hermandades como Medinaceli o La Estrella, en un cortejo que, bajo el ritmo de la Agrupación Musical de la Esperanza de Salamanca, ha recorrido las calles Sancho Dávila, plaza del Rastro, iglesia de San Ignacio, La Cruz Vieja, plaza de la Catedral, Tomás Luis de Victoria, plaza de Zurraquín, Arco de Nuestra Señora de la Esperanza, plaza del Mercado Chico y Martín Carramolino para regresar a la iglesia de San Juan Bautista.
Procesión y actividades
Para Luis García Plaza, encargado de la Juventud de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, "la organización es complicada, pero al final lo pasan bien, aprenden a llevar un paso y difrutan muchísimo en la procesión".
Tras la procesión por las calles del centro de la ciudad amurallada, los jóvenes abulenses han disfrutado de una comida con macarrones y un espectáculo de magia y diferentes juegos de mesa en la Casa de Hermandad.