El proyecto GreenLab, de Fundación Ávila con Fundación 'la Caixa' y la colaboración de Pronisa, forma un total de 14 personas
Santa Marta, la patrona de la industria de la felicidad
Artículo de opinión de José Luis Álvarez Almeida, presidente de Hostelería de España
Explicar por qué España resulta tan atractiva para los turistas es como explicar por qué el agua moja, no necesita justificación. Nuestro país tiene una gran riqueza natural, tiene kilómetros de playas espectaculares, un clima envidiable, grandes centros históricos, las ciudades más cosmopolitas junto con el encanto de los pueblos más desconocidos, un rico patrimonio cultural, una exquisita y variada gastronomía y , además, algo que nos diferencia del resto de los países del mundo: una red de bares, restaurantes, cafeterías y locales de ocio que son el centro de nuestra socialización. Nuestro modelo de hostelería es único y nos distingue del resto de los países competidores, porque aquí los establecimientos de hostelería forman parte de nuestra cultura y nuestro ADN. Son espacios de convivencia y vertebradores de ciudades y pueblos; el escenario de grandes momentos de la vida de cada uno de los millones de personas que a diario visitan los más de 300.000 establecimientos de hostelería que hay por todo el territorio nacional. No es de extrañar que encabecemos el ranking de habitantes por bar: 175 por establecimiento, con mucha ventaja sobre nuestro inmediato competidor, Francia. Y es que ¡España es un país de bares y de felicidad en nuestras barras!
Una expresión que a menudo se utiliza con menosprecio, pero que lejos de eso, debe interpretarse desde el orgullo absoluto de un país que comparte, que integra a todas las personas y que debate sobre sus diferencias en torno a la barra de un bar o en las mesas y terrazas de restaurantes y cafeterías. La hostelería es un motor económico de nuestro país, aportando el 6,8% del PIB y superando en esta campaña estival los 2 millones de trabajadores, pero sobre todo es parte de nuestra identidad y es la industria de la felicidad.
Más de 300.000 empresas que a diario levantan la persiana con el objetivo de dar el mejor de los servicios. Precisamente esa vocación de servicio y contacto directo con el cliente es lo que más destacan los trabajadores y empresarios del sector a la hora de decantarse por esta profesión. No es de extrañar, por tanto, que de todo el santoral sea Santa Marta la patrona de los hosteleros, que en los diferentes pasajes bíblicos queda asociada a valores como la atención, la hospitalidad y el servicio a los demás. Cada 29 de julio en muchos sitios de Europa y, especialmente en España, se celebra a la patrona de la hostelería. Un sector que está presente en el día a día de los ciudadanos, pero cuya importante función social se percibe de manera especial en momentos difíciles, como comprobamos en el COVID, en la tragedia provocada por la DANA en Valencia o más recientemente en el apagón, cuando las terrazas se convirtieron en puntos de encuentro y los establecimientos de hostelería permanecieron abiertos con esa vocación de ayuda.
La hostelería es Marca España. Es el escaparte final de toda la cadena de valor agroalimentaria, mantiene tradiciones y nuestro acerbo gastronómico. Es un gran atractivo para los turistas. Según datos de Turespaña casi 15 millones de turista nos visitaron el año pasado por motivos gastronómicos, un segmento con un gasto el 20% superior a otra tipología de visitantes. Pero sin lugar a duda lo es más para los habitantes nacionales. Según el Estudio la 'Importancia social de la hostelería' elaborado por Asociación Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales los bares y restaurantes contribuyen a mantener las calles vivas, favorecen las relaciones sociales directas y la sensación de pertenencia, evitan el aislamiento, aportan seguridad al entorno y favorecen la cohesión y la integración. Todos tenemos motivos para seguir sintiéndonos orgullosos de un sector que no tendría razón de ser sin sus clientes.