¿Dónde está la juventud?

Artículo de opinión de José Alberto Novoa, politólogo y analista político

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¿Dónde está la juventud?
Foto de archivo de un grupo de jóvenes.
José Alberto Novoa
Lectura estimada: 5 min.
Última actualización: 

De un tiempo a esta parte, en distintos espacios políticos, sindicales y asociativos de distinta índole, se repite, con cierta intensidad y preocupación, la pregunta "¿dónde está la juventud?"

Este interrogante, legítimo por otra parte, responde a una preocupación adulta muy vinculada a la continuidad organizativa de los espacios de participación y a cierta visión paternalista sobre la implicación de la juventud en los ámbitos reivindicativos y de participación social. Es como si, a los adultos que llevamos muchos años en el compromiso social y político, se nos hubiese olvidado que nunca, en nuestra época joven, hubo hordas de jóvenes en el seno de la sociedad civil organizada.

Puede que esa imagen, a veces romántica, a veces nostálgica, esté en la memoria de quienes vivieron el tardofranquismo y el retorno de la democracia, incluso, salvando las distancias, también esté en quienes vivieron con intensidad el asociacionismo en la década de los años noventa del siglo XX, aunque ahí, la imagen que se puede recordar es otra bien distinta.

Debe ser comprensible el interrogante sobre dónde se sitúa hoy la juventud, cuando además existe una intencionalidad por identificarla como crecientemente pasiva, débil o aislada, pero admiradora de las posiciones ideológicas de la extrema derecha. Ha sido muy comentado el dato de que el 25% de la juventud entre 18 y 24 años, votaría a Vox, algo que, casi inmediatamente, hizo saltar las alarmas en el resto de posiciones políticas, principalmente de la izquierda. Sin embargo, en esto, hay que considerar el enfoque que la información, porque de lo contrario se corre el riesgo de caer en una peligrosa espiral de desesperanza.

Si bien es cierto que ese porcentaje de intención de voto, según varias encuestas, es real, no es menos cierto que la misma información puede enfocarse de otra forma. Por ejemplo, imaginemos que esa noticia sobre la preferencia del voto se presenta de otra manera: "En un momento de crecimiento de la extrema derecha en Europa, el 75% de la juventud española, entre 18 y 24 años, nunca votaría a Vox".

El enfoque es completamente distinto, la percepción también, el dato de las encuestas no varía, pero la repercusión de la noticia puede llegar a ser diametralmente opuesta en los ámbitos progresistas, produciendo un impacto positivo frente al negativo que pretende la forma "habitual" de enfocar este tipo de datos, que nunca es casual, "por lo que sea", como diría Gabriel Rufián.

Pero además hay una realidad de compromiso juvenil que se puede ver con claridad a poco que se observe. Más allá de que, lo que primero deberíamos hacer los más adultos, es preguntarle a la gente joven qué es lo que les preocupa y les ocupa en su realidad vital, lo cierto es que la juventud sí está y, además, aporta al compromiso, la reivindicación y la participación social. Lo venimos viendo desde hace años en el movimiento feminista, en el movimiento ecologista, en las acciones de solidaridad cada vez que hay una catástrofe, o recientemente en los actos de solidaridad contra el genocidio palestino en las manifestaciones o en las acampadas de los campus universitarios.

Tal vez, la pregunta que debamos hacernos no es la de "¿dónde está la juventud?", sino cómo está presente en la realidad que le afecta. Porque igual el modelo actual no es el asociativo tradicional, aunque también lo practican, sino otros de carácter más activista o digital. Pero vayamos a los datos.

La realidad asociativa de la juventud española actual se caracteriza por una participación significativa que, si bien a veces se percibe como inferior a la de otras generaciones, muestra nuevas formas de compromiso y una gran diversidad de intereses. Una gran parte de jóvenes ha tenido alguna experiencia asociativa, generalmente como forma de prueba y exploración, y en espacios que buscan emplear el tiempo libre o sentirse útiles ayudando a los demás. Habitualmente se trata de asociaciones de carácter deportivo o culturales y no tanto de índole política o reivindicativa.

Por otra parte, los informes que estudian la realidad juvenil señalan que, en cuanto al compromiso social y la toma de conciencia de la realidad que vive, se da un perfil de joven solidario, inconformista, abierto, integrador y muy consciente de las desigualdades sociales. Destaca la percepción de la violencia de género como un problema social de primer orden.

En cuanto a las formas de participación, son las redes sociales y las plataformas digitales las que se han convertido en espacios clave para la juventud. Las utilizan para crear espacios de debate y concienciación, y de organización y movilización. Esto, lejos de poder ser interpretado como algo alejado del asociacionismo tradicional, debe considerarse como una ventaja en la nueva realidad de implicación de la juventud, que en otro tiempo no existía, cuando las razones para no asociarse siguen siendo las mismas de siempre: "nunca se lo han planteado seriamente" o tienen "falta de tiempo para dedicarse a una asociación".

La realidad asociativa 'clásica' de la gente joven sigue marcada por las tendencias de siempre, según los datos de los informes del INJUVE y de la Plataforma del Voluntariado de España: las asociaciones deportivas son las que mayor participación acumulan, seguidas de las asociaciones culturales; con una significativa participación se encuentran las de estudiantiles y con una tendencia creciente las asociaciones de voluntariado y ONG´s; mientras que las de menor participación, como siempre ocurrió, son las que persiguen causas globales o los partidos políticos.

La realidad actual es que el modelo de participación juvenil se ha diversificado y volcado mucho en lo digital, algo que puede ser analizado y valorado, pero lo cierto es que la juventud sí muestra un interés activo en la sociedad y un compromiso canalizado a través del asociacionismo tradicional y de las nuevas formas de activismo social (movilización, voluntariado) y online.

Con todo, tal vez, lo que debamos plantearnos los adultos respecto a la gente joven, no es la pregunta "¿dónde está la juventud?", sino cómo hacemos para acercarnos a su realidad vital y desde la escucha y la comprensión de lo que están viviendo y cómo lo afrontan, buscar espacios compartidos, intergeneracionales, de diálogo y complicidad que permitan el fortalecimiento y el enriquecimiento, desde distintas perspectivas de participación, de las estructuras organizadas, y siempre respetando la realidad y el protagonismo que la juventud necesita en cada momento de la Historia

1 comentario

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erzsebeth de rais hace 2 horas
A ti la juventud te importa una mierda, y el asociacionismo menos que la mierda. Lo que de verdad te importa que esta juventud tome posiciones QUE NO SON LAS TUYAS. Para mí son mucho más peligrosas las posiciones de extrema izquierda, que han destruido países eliminado generaciones y destrozado el progreso y el bienestar de cientos de millones de personas. Y con esto no defiendo la extrema derecha, aunque venga algún tonto a decir lo contrario. Si la juventud se asociase a favor de posiciones extremistas de izquierda tú estarías danto saltos de alegría. ¿Qué digo saltos? No pararías de dar trompicones desde aquí hasta Moscú. Así que menos gilipolleces, anda, que el mundo que te gusta desapareció en 1991, para bien de la Humanidad. Y para evitar el ascenso de la extrema derecha lo único que hacen falta son políticos alejados del disparate y con más apego al sentido común. Hágase y los extremos desaparecerán.
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