Lo que a su juicio supone un incumplimiento flagrante de la Ley de Cadena Alimentaria
Anillos para una Dama, de Antonio Gala, conquista al público barcense
En el quinto pase del Certamen Lagasca
Toda conquista necesita héroes que la lleven a cabo. Tanto si se trata de rendir una ciudad como si se trata de conquistar el amor. Ambos hechos necesitan de gente valiente que no mire por su seguridad, que ponga toda la carne en el asador cuando se trata de atacar las defensas. Pero hay personas que pueden ser muy valientes a la hora de enfrentarse a las tropas enemigas que defienden el baluarte que desea capturar, pero muy medrosas a la hora de comprometerse en una relación amorosa plena. Esto es lo que le sucede a la mano derecha del Cid Campeador, el valiente Minaya cuando sale a guerrear contra el enemigo, pero que demuestra escaso valor a la hora de culminar el proceso de enamoramiento entre él mismo y la viuda del Cid, doña Jimena, según la obra de teatro del famoso Antonio Gala, Anillos para una Dama.
Esta obra es un intenso drama puesto en escena este sábado en el marco del XVIII Certamen Lagasca de El Barco de Ávila, por el grupo Arte escénico y Musical proveniente de Almansa (Albacete) bajo la dirección de José Denia. Su actriz principal, Isabel Megías ha interpretado magníficamente el papel de Jimena, señora en ese momento de la ciudad de Valencia, fuertemente asediada por las tropas árabes que la sitian una vez ha muerto el temido Cid Campeador.
La viuda del Cid intenta salvarla y ha pedido ayuda a su tío el rey Alfonso VI, que no siempre se ha llevado bien con su marido, y aunque éste acude a su llamada, la ciudad está en grave situación y ha de ser abandonada a las tropas sarracenas. Pero lo que inquieta a Jimena de verdad, además de la libertad de su ciudad, es su propia libertad, tan restringida desde que a los 14 años la casó su tío el rey con Rodrigo Díaz de Vivar. Y ahora que es viuda, cree llegado el momento de tomar las riendas de su vida, pero la inmensa figura de su marido ya muerto, se interpone entre ella y su amado Minaya como las murallas de la ciudad se interponen entre sitiados y sitiadores. Cuando Jimena pide permiso a su tío el rey para casarse con Minaya, un muro de desaprobación sacude la frágilísima corte valenciana, desde su propia hija María, casada ahora con el conde de Barcelona, pasando por el sordo obispo Jerónimo, que ensalza a cada paso la figura del Cid, o el rey Alfonso, que nunca fue demasiado amigo suyo, pero que ahora admite su importancia, hasta el mismo Minaya, que cobardemente sacrifica su amor por Jimena para no enturbiar la imagen grandiosa de Rodrigo Díaz de Vivar, Jimena no podrá escapar de su destino, ni podrá amar con libertad porque todo su entorno, incluso la fiel criada Constanza, acabará conspirando para que la figura poderosa del Cid Campeador siga brillando, aunque sea a costa de sacrificar las ansias de Jimena de vivir sin ataduras.
El elenco de Arte Escénico, realiza un gran trabajo en sus papeles correspondientes, con un poderoso José Denia interpretando al rey Alfonso VI, Pedro Rubio, estupendo en el papel de Minaya, Marilén Castillo, que realiza una gran interpretación de Constanza, la criada, al igual que José Luis Díaz en su papel de Jerónimo, el obispo sordo y Loli Tomás como María, la hija de Jimena y el Cid.
El próximo sábado 14 de junio se acercará hasta la villa barcense el grupo Acebuche Teatro, de Aceuchal, Cáceres, para poner en escena la tragedia La Caduta de Antonio Rodríguez Gordón, última de las obras a concurso de este XVIII Certamen Lagasca de teatro.
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