La Confederación Abulense de Empresarios (CEOE Ávila) ha presentado una versión actualizada de su Encuesta de Confianza Empresarial, un informe que retrata cómo perciben las empresas de la provincia su situación actual, el contexto económico y sus expectativas para los próximos meses. El documento dibuja un panorama donde destaca la resiliencia de la microempresa local, pero también una fuerte inquietud ante el marco regulatorio y el escenario macroeconómico.

Este trabajo se integra en el eje 7, centrado en el entorno empresarial, del IV Acuerdo Marco para la Competitividad e Innovación de Castilla y León 2021-2027, en el que CEOE Ávila participa activamente.

El presidente de la organización, Diego Díez, subraya que "esta encuesta confirma el enorme esfuerzo que están realizando las micro y pequeñas empresas de la provincia para sostener su actividad en un entorno especialmente complejo. Seguiremos trabajando para reducir barreras y reforzar la competitividad del tejido empresarial abulense", ha expresado.

Según el informe, las empresas muestran una alta capacidad de adaptación, lo que les permite mantener ventas, empleo y resultados pese al constante incremento de costes. Sin embargo, esta fortaleza convive con una lista de obstáculos que limitan el crecimiento: la presión fiscal, la inestabilidad política, el aumento sostenido de los costes laborales, la burocracia y la escasez de personal cualificado.

El estudio evidencia que, aunque la creación de empleo se mantiene estable, el 72% de las empresas asegura que la falta de trabajadores adecuados merma su competitividad. Además, la visión sobre la economía española es abiertamente pesimista, a pesar de que cada compañía confía más en su propia estabilidad que en la del conjunto.

En los últimos cuatro meses, el 56% afirma haber tenido ventas similares a las del periodo previo y un 20% incluso superiores. El empleo apenas se ha movido: un 49% no ha modificado plantilla y el 72% prevé conservarla hasta final de año. No obstante, la presión de los costes sigue siendo intensa: el 60% ha sufrido encarecimientos de aprovisionamientos de hasta un 20%, y el 57% incrementos similares en los costes laborales. Estas tensiones han provocado que el 51% vea caer sus márgenes.

La falta de talento y la burocracia emergen como los dos grandes frenos para avanzar. El 73% reconoce grandes dificultades para encontrar perfiles adecuados y el 72% asegura que esta carencia lastra su crecimiento. También se citan como limitantes la despoblación, la competencia digital, o la carencia de suelo industrial en algunos municipios. Las principales preocupaciones giran en torno a la presión fiscal, los costes energéticos y la sobrerregulación, junto con la inestabilidad política y la debilidad del consumo.

En contraste, la financiación bancaria o los aranceles internacionales apenas generan impacto relevante.

Respecto al futuro inmediato, el 46% cree que la economía nacional empeorará y el 50% que permanecerá igual. Pero, a nivel interno, el 58% espera resultados similares a los de 2024 y un 18% incluso mejores, lo que apunta a una resiliencia individual más fuerte que la confianza en el conjunto del país.

En materia de inversión, solo el 32% ha destinado recursos a nuevas adquisiciones este año, sobre todo maquinaria, equipamiento e instalaciones. Para los próximos seis meses, predomina un clima de incertidumbre, con expectativas centradas en la búsqueda de nuevos mercados y la mejora de los canales digitales.

El perfil de las compañías participantes refleja el tejido económico abulense: cerca de un centenar de empresas, con un 63% radicado en la provincia y un 37% en la capital. Predominan los Servicios, seguidos de Industria, Agroalimentario, Comercio y Construcción. Más de la mitad tiene entre 0 y 10 trabajadores, y un 35% carece de empleados. El 77% factura menos de 500.000 euros al año.