El FC Barcelona estrenó a lo grande la primera gran noche del renovado Camp Nou. En un duelo de alto voltaje, los de Hansi Flick derrotaron por 3-1 al Atlético de Madrid, un rival que llegaba lanzado con siete victorias consecutivas y considerado uno de los equipos más en forma del continente.

El Barça empezó dominando el juego, pero la zaga volvió a temblar en momentos clave. En una acción en la que Cubarsí y Gerard Martín no estuvieron coordinados, Álex Baena aprovechó un pase de Molina y puso el 0-1, con revisión de VAR incluida. La fragilidad defensiva, ya presente en otros partidos del curso, volvió a quedar en evidencia.

Lejos de hundirse, el conjunto azulgrana reaccionó con fútbol. Pedri asumió el mando, Dani Olmo apareció entre líneas y Raphinha se convirtió en el agitador ofensivo. El empate llegó en el minuto 26, con un pase filtrado del canario que el brasileño transformó tras sortear a Oblak. El Barça incluso pudo marcharse al descanso por delante, pero Lewandowski falló un penalti y posteriormente se topó con una gran intervención del portero rojiblanco.

Tras el descanso, el partido se convirtió en un ida y vuelta constante. Atlético y Barça se intercambiaron llegadas, con Julián Álvarez, Giuliano Simeone y el propio Raphinha rozando el gol. Sin embargo, fue el conjunto azulgrana quien volvió a golpear primero.

En el minuto 65, Dani Olmo cazó un balón dentro del área y lo ajustó al palo para el 2-1, en el que probablemente fue el mejor tramo de juego local de toda la temporada. A partir de ahí, el desgaste físico de Pedri y Raphinha comenzó a pasar factura y Flick apostó por reforzar el mediocampo para resistir la embestida rojiblanca.

Los visitantes rozaron el empate con una acción individual de Thiago Almada, que dribló a Cubarsí, Gerard Martín y al portero Joan García antes de rematar fuera. También lo tuvo Griezmann en el descuento, tras una maniobra de Julián Álvarez que provocó un suspiro colectivo en el estadio.

En pleno sufrimiento, y con el partido abierto hasta el último instante, el Barcelona encontró la luz. Balde lanzó una contra en el minuto 96 y asistió a Ferran Torres, quien definió para sellar el 3-1 definitivo y desatar la euforia en el nuevo Camp Nou.

La victoria supone mucho más que tres puntos. El Barça se consolida como líder con cuatro de ventaja sobre el Real Madrid, y lo hace en el que hasta ahora faltaba: un partido grande. Flick y sus futbolistas superaron a un rival poderoso, recuperaron confianza y dejaron atrás las dudas que dejaron sus derrotas previas ante PSG, Chelsea y Real Madrid.