La Policía ha reducido a cuatro los implicados en el tiroteo registrado el pasado jueves en la calle Maestro Piquero, situada en la zona sur de la capital, donde un hombre perdió la vida y otras tres personas resultaron heridas. Según las investigaciones, son precisamente estas cuatro personas las que están directamente vinculadas con el caso. Aunque el proceso sigue abierto y no se descarta ningún otro escenario, "de momento no hay indicios que indiquen que se pueda llevar a cabo alguna detención que se salga de este círculo", ha afirmado el subdelegado del Gobierno, Fernando Galeano.

El delicado estado de salud de los heridos, dos de ellos en estado crítico, impide que puedan prestar declaración, lo que retrasa el esclarecimiento de los hechos. Distintas fuentes apuntan a que el origen del suceso podría estar en un conflicto entre dos familias a raíz de una relación sentimental. En este sentido, el herido por arma de fuego, de 26 años, es hijo del fallecido, de 51, mientras que los otros dos heridos, alcanzados por arma blanca, son también padre e hijo, de 38 y 19 años.

No obstante, desde la Subdelegación del Gobierno evitan confirmar este extremo, que circula como seguro en redes sociales, "se barajan muchas hipótesis y nosotros también somos conocedores de lo que se está diciendo, pero ahora mismo es imposible dar una certeza de lo que ha pasado. Por supuesto que esa de la que se habla podía ser válida, pero en todo caso ni justifica ni explica que se haya producido un desenlace como este".

Las futuras declaraciones de los heridos serán claves para esclarecer tanto los hechos como sus motivos. En este sentido, Galeano ha señalado que "lo más presumible es que una vez que se tome declaración a los heridos, estos queden en condición de detenidos", aunque ha reconocido que aún no hay un plazo establecido para ello, "dada la situación de gravedad en la que se encuentran dos de ellos". Actualmente, los más graves permanecen ingresados en la UCI tras haber sido intervenidos de urgencia en Ávila.

El subdelegado también ha confirmado que la presencia policial en la barriada donde ocurrieron los hechos, visible desde el jueves, "seguirá 'sine die' y se mantendrá o disminuirá en función de cómo evolucione la situación. La idea es mantener los refuerzos el tiempo que sea necesario, teniendo en cuenta que hay acontecimientos como el velatorio y el entierro del fallecido que pueden suscitar el movimiento de muchas personas. Se mantendrá el despliegue hasta que la situación se vaya calmando".

En cuanto al operativo de seguridad, Galeano ha cifrado en casi 150 agentes el despliegue efectuado desde el jueves en la capital. Se movilizaron Unidades de Intervención Policial, la Unidad de Prevención y Reacción y el Grupo Operativo de Respuesta, procedentes de Valladolid, que actuaron junto a efectivos de la Policía Local y de la Guardia Civil. El subdelegado ha destacado la efectividad del dispositivo, "todo quedó cercado a la pelea inicial y algunos pequeños incidentes, algo que no era fácil de conseguir".