Ávila se sitúa entre las provincias con mayor encarecimiento del alquiler en España durante el segundo trimestre del año. Según el Observatorio del Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos, el precio medio de alquilar una vivienda en la provincia alcanzó los 632 euros mensuales, lo que supone un incremento interanual del 10,3 %, uno de los mayores del país.

Este fuerte repunte coloca a Ávila junto a otras provincias como Ciudad Real (10,9 %) y Asturias (10,1 %) en el podio del encarecimiento del alquiler a nivel nacional, mientras que en Castilla y León la media regional subió un 4,6 %, hasta los 721 euros. No obstante, la cifra sigue siendo muy inferior a la media nacional, que alcanzó los 1.155 euros, un máximo histórico.

Además del alza en los precios, el informe destaca un notable aumento de la presión de la demanda en el mercado del alquiler abulense. En el segundo trimestre de 2025, 16 personas se interesaron por cada vivienda en alquiler publicada en los primeros diez días, el doble que en el mismo periodo de 2024. Aunque esta cifra está por debajo de la media nacional de 141 interesados por inmueble, muestra una clara tendencia al alza en la tensión del mercado local.

A nivel autonómico, Valladolid lidera la presión de la demanda en Castilla y León, con 36 contactos por vivienda, mientras que Ávila se mantiene en una posición intermedia junto a otras provincias como Zamora (16), Burgos (17) o León (19).

En el contexto nacional, el Observatorio alerta de una reducción del 2 % en la oferta de vivienda en alquiler en todo el país, lo que equivale a 14.519 inmuebles menos respecto a 2024. Aunque este descenso se concentra en grandes ciudades como Barcelona, Sevilla o Valencia, también hay provincias como Palencia o Guipúzcoa con fuertes caídas relativas en su oferta disponible.

El encarecimiento de los alquileres y la menor oferta reflejan un desequilibrio creciente entre oferta y demanda, que en provincias como Ávila empieza a hacerse notar con mayor intensidad, pese a estar todavía lejos de los niveles críticos que ya sufren territorios como Barcelona o Baleares