La escritora andaluza May R. Ayamonte ha asegurado que hay "muchos prejuicios" sobre la literatura de novela negra escrita por mujeres y ha lamentado que hay "muchísima gente que no te toma en serio" si se añade además el hecho de ser joven.

La escritora ha hecho esta reflexión en una entrevista con EFE en Ceuta con motivo de su presencia en la ciudad para inaugurar la Feria del Libro y mantener un encuentro con los alumnos de un instituto como parte de una actividad de fomento de la lectura.

May R. Ayamonte (Ayamonte, Huelva, 1996), que fijó su residencia hace ocho años en Granada, donde ambienta sus novelas, ha reconocido que ella reúne "todos los hándicaps para este género": "Soy mujer, escribo novela negra y soy joven, pero somos muchas las que estamos rompiendo esos moldes".

En su caso, tiene claro que se aventuró en la novela negra y no otro género porque le gusta escribir novela con denuncia social: "Mis textos tienen que ver con la memoria histórica o la violencia de género y la novela negra es un género que se presta a eso y me ayuda a escribir sobre tramas que conectan con el lector".

Trece libros en el mercado

Su carrera se inició con solo doce años, cuando escribió su primera novela 'Amor más allá de la unicidad', que fue autopublicada, y actualmente ya tiene en el mercado trece libros entre literatura juvenil y novela negra. Además, acaba de sacar 'Lo que oculta la noche'.

"Vengo de muchas publicaciones en literatura juvenil, ahora voy por mi cuarta novela negra y estoy en un momento muy bonito porque he aprendido mucho pese a mi juventud. He adquirido conocimientos del sector del libro que me han ayudado a profesionalizarme, por lo que estoy en un momento ideal", asegura.

No obstante, opina que el mercado editorial "está saturado" y ello "se debe a exigir mucho más a los autores reconocidos y traer muchísimas traducciones. Hay que bajar la mesa de novedades porque cada día hay 500 libros en las librerías, es una saturación absoluta del mercado y esto hace que a los escritores nos cueste mucho vivir de la literatura", dice.

Durante su trayectoria vital ha pasado "por momentos buenos y malos porque la escritura ha perdido mucha magia y ahora no escribes por impulsos sino con proyectos, lo que te lleva a preparar una novela con muchísimo tiempo, es decir, muy feliz porque me puedo dedicar a esto pero sin la magia del principio".

Sin referencias femeninas

Uno de los objetivos de la joven escritora es llegar a ser referente. "Yo me inicié sin referentes femeninos, yo leía mujeres porque mi padre me compraba libros pero a nivel académico nunca vi un reconocimiento a tantísimas escritoras que han existido, es decir, las mujeres han escrito siempre", dice.

Por este motivo, se plantea impartir charlas en colegios e institutos sobre el fomento de la lectura. "Trato de que todos los jóvenes sepan que si yo con doce años escribí una novela y me puedo dedicar profesionalmente a esto ellos también pueden, es cuestión de trabajo y suerte", opina.

Para alguien que quiera ser escritora le aconseja "que no tenga miedo a compartir" lo que escribe y que "hay que escribir mucho, además de ser constantes", a la vez que rompe una lanza en favor de la juventud "porque es mentira que no lean, una estadística del Ministerio de Cultura dice que es el segmento poblacional que más lee y la literatura juvenil es la que crece cada año. Hay muchos lectores en los institutos y necesitan tener espacios y referentes para que se acerquen a la lectura".