Las recientes declaraciones del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, realizadas en Ávila el pasado 13 de diciembre, han provocado una reacción del PSOE de Ávila, que considera incomprensible que el jefe del Ejecutivo autonómico se atribuya una supuesta "medalla de plata" en sanidad mientras persisten graves carencias asistenciales en la provincia.

Los socialistas ponen el foco en la situación de los pacientes que requieren hemodiálisis, un colectivo que, según denuncian, sufre de forma habitual la falta de capacidad del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles. En especial, señalan el caso de personas desplazadas temporalmente a Ávila —por motivos familiares, laborales o vacacionales— que no pueden acceder al tratamiento en el hospital abulense y se ven obligadas a recorrer decenas de kilómetros para poder continuar con una terapia vital.

Esta realidad ha sido reflejada en las últimas semanas por diversos medios de comunicación provinciales, que han recogido quejas de pacientes derivados a Medina del Campo, Béjar o incluso a Talavera de la Reina, ya fuera de la comunidad autónoma. Para el PSOE, estos desplazamientos no son episodios puntuales, sino la consecuencia directa de una infraestructura insuficiente.

Un día después de las palabras de Mañueco, la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Ávila reconocía públicamente que "la prioridad es atender a los pacientes residentes en Ávila", derivando al resto a otros centros y ofreciéndoles transporte sanitario. Desde el PSOE sostienen que esta afirmación no demuestra una buena gestión, sino que confirma que el sistema no es capaz de dar respuesta a toda la demanda existente.

La formación socialista recuerda que la Unidad de Hemodiálisis de Sonsoles mantiene prácticamente intacta su configuración desde finales de los años noventa, con el mismo número de puestos y únicamente dos turnos de tratamiento, a pesar del aumento de población atendida y de la complejidad de los casos.

En la actualidad, el hospital de Ávila solo atiende a pacientes de la capital y su entorno, incluida la zona de Alberche-Pinares. El resto de la provincia depende de derivaciones: Gredos, Piedrahita y El Barco hacia Béjar, y el Valle del Tiétar hacia Talavera de la Reina, en todos los casos mediante clínicas privadas concertadas.

El PSOE advierte además de situaciones de saturación en centros de referencia como Béjar o Medina del Campo, que han obligado a realizar nuevas derivaciones aún más lejanas, incrementando el desgaste físico y emocional de pacientes que ya soportan tratamientos largos y muy exigentes.

Ante este escenario, los socialistas consideran evidente que el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles no responde a las necesidades reales de la provincia. En el caso concreto de la hemodiálisis, reclaman una ampliación inmediata del servicio, con más puestos —actualmente 12— y la puesta en marcha de un tercer turno, una medida habitual en otros hospitales.

El PSOE defiende que sus propuestas de ampliación del Hospital de Ávila o de construcción de un hospital comarcal en el Valle del Tiétar no son reivindicaciones exageradas, sino respuestas a problemas objetivos. Subrayan que no es aceptable que los pacientes tengan que invertir prácticamente el día entero en desplazamientos por carreteras de montaña para recibir una atención que debería prestarse con cercanía.

Por todo ello, la formación socialista exige al presidente de la Junta una disculpa pública y un cambio real en la política sanitaria, acompañado de planes concretos y dotación presupuestaria suficiente. Frente a la "medalla de plata" reivindicada por Mañueco, concluyen que quienes verdaderamente merecen una "medalla de oro" son los pacientes.