Durante el puente de diciembre, el tradicional Belén de Navalperal de Tormes, instalado en la iglesia de San Andrés Apóstol, ha recibido a sus primeros admiradores, marcando el inicio de su 19ª edición consecutiva. Hasta el templo se han acercado tanto vecinos del municipio como visitantes procedentes de Ávila, Valladolid, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura, sorprendidos por la dimensión, el detalle y la calidad del montaje. Su creador, Adrián Navalón, recuerda que "se propone que cada año mejore respecto al año anterior".

La propuesta de este año incorpora nuevas figuras, relatos visuales y escenarios renovados que amplían la narrativa habitual. Junto a las escenas bíblicas tradicionales, se integran representaciones inspiradas en las tareas populares de la Sierra de Gredos, acercando al público oficios, herramientas y costumbres locales.

Entre los pasajes destacados se encuentran la Anunciación a los pastores, la Adoración, y diversos momentos cotidianos protagonizados por los rebaños de ovejas y cabras, acompañados de elementos tan propios de la zona como los chozos, las mamparas o la red. También se refleja la labor de la esquila, un oficio cuya actividad llevaba a sus trabajadores a desplazarse por distintos territorios de Castilla y Extremadura en busca de la mejor lana.

Uno de los puntos más llamativos es la recreación con agua real de la Garganta del Pinar, que desciende desde Cinco Lagunas. Allí, varios personajes aparecen pescando truchas, uno de los símbolos naturales del entorno.

El Belén suma más de 250 figuras, de las cuales 20 tienen movimiento, y muestra escenas vinculadas al campo y a las labores agrícolas: el arado, la recogida de aceitunas mediante vareo, la pisada de uva, la horticultura, la trilla, la vendimia, o el transporte de productos, además de otras actividades hoy casi desaparecidas.

La instalación combina también referencias culturales de Egipto, Belén y Nazaret con espacios emblemáticos de Navalperal de Tormes, como el Pilón, la torre y el portalillo de la iglesia de San Andrés, un elemento arquitectónico que se remonta al siglo XVI. El resultado es un recorrido didáctico que conecta a pequeños y mayores con la memoria histórica y etnográfica de la localidad.