Nueve localidades acogen talleres que fortalecen el apoyo entre mujeres rurales de Castilla y León
Nueva edición de JULIA impulsa la salud mental y la igualdad en La Adrada
Nueve localidades acogen talleres que fortalecen el apoyo entre mujeres rurales de Castilla y León
La Federación Salud Mental Castilla y León ha activado una nueva edición de "JULIA; Mujeres Rurales y Salud Mental", una propuesta que recorrerá nueve municipios de la Comunidad. Los talleres llegarán este año a Arandilla, Pancorbo y Trespaderne (Burgos), La Adrada (Ávila), Hospital de Órbigo (León), Villamuriel de Cerrato (Palencia), Villamayor (Salamanca), Valverde de Majano (Segovia) y Villalón de Campos (Valladolid).
El proyecto, respaldado por la Dirección General de la Mujer de la Junta de Castilla y León a través de la convocatoria orientada a la igualdad de oportunidades y la lucha contra la violencia de género, busca fortalecer el bienestar emocional, el liderazgo personal y las redes de apoyo entre mujeres que viven en entornos rurales.
Desde que vio la luz en 2018, JULIA ha llevado a cabo 78 talleres en distintas localidades, involucrando a más de 620 mujeres que han encontrado un entorno seguro donde compartir experiencias y reforzar su salud mental.
En esta ocasión, las asociaciones provinciales de salud mental asumirán la organización de las sesiones en cada territorio, reforzando un trabajo coordinado entre entidades de Valladolid, Salamanca, Segovia, Ávila, Burgos, Aranda de Duero, Palencia y León.
"El Proyecto JULIA nació con el objetivo de dar respuesta a las necesidades y demandas de las mujeres rurales con problemas de salud mental, recogidas en el Estudio Mujer y Salud Mental. Necesidades, demandas y propuestas", explica Patricia Quintanilla, responsable del Área de Mujer e Igualdad de la Federación Salud Mental Castilla y León.
Las actividades se basan en metodologías participativas, ejercicios de autodescubrimiento y espacios de escucha, elementos que fortalecen la sororidad y el apoyo mutuo. "Desde el movimiento asociativo trabajamos cada día con la población rural y somos conscientes de la necesidad de crear espacios seguros donde las mujeres puedan expresarse y sentirse acompañadas", añade Quintanilla.
Cinco años después de su puesta en marcha, un Estudio de Impacto evidenció el alcance del proyecto: las participantes han reducido su soledad, reforzado su autoestima y construido redes de apoyo estables.
"Las mujeres que participan en JULIA han encontrado un espacio donde sentirse escuchadas y reconocidas. Muchas de ellas han mejorado su autopercepción y han dado pasos importantes hacia su empoderamiento personal y social", subraya Quintanilla.









