Si algo tiene la Copa del Rey es emoción. Y magia. Si no que se lo digan a los 1.800 encarnados que han colgado el cartel de no hay billetes en la Grada de Tribuna del Estadio Municipal Adolfo Suárez este jueves, unos aficionados que dentro de años podrán contar que estuvieron en la noche en la que el Real Ávila dejó en la cuneta al Real Ávilés Industrial y ya cuentan los días para conocer al rival en la segunda ronda ronda del Torneo del KO, donde el premio será todo un Primera División.

Apostó Marc García por un once incial con varios cambios respecto a los encuentros ligueros. El primero en la portería, donde Samu debutaba en partido oficial. No lo pudo hacer mejor. Sus paradas en la segunda parte y en la prórroga fueron claves para que el conjunto abulense siga adelante en la Copa del Rey. Tampoco olvidarán el partido los jóvenes Babacar y Sarr, otras dos 'sopresas' en la alineación que se graduaron en un choque que exigía mirar a la cara a un equipo de superior categoría.

Comenzaron mejor los asturianos en una primera parte, en la que, a raíz de la lesión Yasser, los abulenses crecieron con el paso de los minutos, con internadas por ambas bandas, de Sarr por la izquierda y Adri Carrión por la derecha, aunque en ninguna de las dos áreas hubo ocasiones claras de peligro.

Tras el paso por los vestuarios, los cambios y las ganas de ambos de no llegar a la prórroga, cambió la cara al choque. Pudieron adelantar a los locales Prince y Gonzalo Serrano, cuyos remates acabana en las manos de Nando, con un Carlos Pérez que dió una clase de como jugar al fútbol. Casi lo consiguen los visitantes por mediación de Pablo Álvarez, con un disparo que repelía el palo tras tocar los justo Samu, y Raúl Rubio, cuyo cabezado se encontraba con el pie del meta encarnado.

Prórroga

Pero el gol no llegaba y la eliminatoria se iba a la prórroga. En el tiempo extra pudo ganar cualquiera. Cuando las piernas comenzaban a fallar por el esfuerzo, la afición no dejó caer a los suyos y dió el último empujón con su aliento. Y tuvieron su recompensa.

En el 109', Carlos Pérez sacaba un córner, Carlos Pascual creía en un balón que parecía acabaría por línea de fondo en el segundo palo y Vitolo fue el más listo en el área pequeña, donde pegó la pego con todas las ganas para llevar al éxtaxis al Adolfo Suárez.

Y todavía quedaba un final no apto para corazones delicados. Carlos Pascual evitaba el empate sacándo un remate de Rubio sobre la líenaa de gol y Samu, otra vez Samu, repelía abajo un remate de Isi Ros cuando los visitantes ya cantaban el gol del empate.

Con el pitido final, la locura se apoderó de una grada que siempre recordará que estuvieron en una de las noches que pasará a la historia del centenario Real Ávila Club de Fútbol.