El recorrido destacó el valor natural de la zona y los riesgos de la planta para agua y fauna
Vecinos de La Moraña realizan una ruta de protesta contra la macroplanta de gas metano
El recorrido destacó el valor natural de la zona y los riesgos de la planta para agua y fauna
El pasado 17 de agosto a las 9:00 horas, integrantes de la Asociación La Moraña Stop Biometano se concentraron en los alrededores de la Sociedad Cooperativa Tierra de Arévalo, empresa que sería una de las más afectadas por la posible construcción de una macroplanta de gas metano en la comarca.
En total, unas 25 personas distribuidas en seis vehículos iniciaron la ruta guiada por Luis José Martín García-Sancho, ornitólogo de Arévalo con un profundo conocimiento del territorio y su fauna. La primera parada se realizó en la parcela prevista para la instalación de la planta, un proyecto que prevé procesar más de 300.000 toneladas de residuos al año.
Durante la visita se destacó que la elección de este enclave no es fortuita: la proximidad a municipios como Arévalo, Aldeaseca o Magazos, la cercanía con Tierra de Arévalo, la dirección de los vientos predominantes hacia Arévalo, la existencia de una tubería de agua potable que atraviesa la parcela y que abastece a varias localidades, así como el riesgo de que las escorrentías de la planta alcancen zonas húmedas con gran biodiversidad, fueron señalados como factores de gran preocupación.
Posteriormente, el grupo se desplazó a dos humedales: la Laguna del Lavajuelo y los Lavajos de Los Ejidos, donde pudieron observar diversas especies de aves acuáticas. Desde la Asociación La Alhóndiga de Arévalo ya se había presentado a la Confederación Hidrográfica del Duero un proyecto de recuperación de estos espacios naturales.
La ruta continuó hacia los Pinares del Nigal, donde se contabilizaron más de 30 nidos de cigüeña construidos sobre los pinos, un hecho inusual ya que habitualmente estas aves eligen estructuras elevadas como los campanarios. El recorrido finalizó en la Charca del Nigal, donde los asistentes disfrutaron del avistamiento del abejaruco, un pájaro de vistoso plumaje multicolor.
Al cierre de la actividad, los participantes coincidieron en valorar muy positivamente la experiencia, pese al calor de la jornada. Surgieron propuestas como repetir la visita en otra estación del año, cuando la variedad de aves sea aún mayor. Según datos aportados por Luis José, en esta zona se han censado más de 100 especies de aves, algunas de ellas en peligro de extinción.