Salamanca vive una tarde inolvidable. No caben más personas en el aula Francisco de Salinas del edificio histórico de la Universidad. En el aire flota un silencio reverente, apenas roto por suspiros contenidos. La ciudad escucha -conmovida, paralizada- una historia que no necesita adornos: la verdad desnuda de la tragedia de los Andes contada por dos de sus protagonistas.

Sobre el estrado, Eduardo Strauch, uno de los 16 supervivientes del accidente aéreo de 1972, mira al público con la calma de quien ya ha regresado del infierno. Con voz serena, comienza a desgranar los 72 días que pasó atrapado en la cordillera, rodeado de nieve, muerte y esperanza. "El momento en que me di cuenta fue después de la avalancha. Sentí que me moría. Entonces comprendimos que nadie vendría a buscarnos", confiesa.

Recuerda el instante más cruel, cuando escucharon en la radio que se suspendía la búsqueda: "Fue angustiante, desesperante. Lo peor fue que, tras el anuncio, siguieron los anuncios comerciales. Eso fue durísimo".

La convivencia en la montaña no fue fácil. "Los primeros días fueron un terror. Hubo gritos, peleas... Pero enseguida nuestras mentes se programaron para sobrevivir", relata. La alimentación —el gran tabú— también surge, sin filtros: "Fue una de las decisiones más difíciles y fáciles de mi vida. O vivías, o morías. No tuve remordimientos. Vencí el tabú y sobrevivimos". Eso sí, deja claro que "volver a la vida después de estar muerto, no hay emoción que lo iguale".

A su lado, el escritor Pablo Vierci aporta otra perspectiva, la del que esperó noticias del otro lado, desde Montevideo, como compañero de colegio de los desaparecidos. "Imagínense que se cae un avión con todos sus amigos, con quienes han ido al colegio toda la vida. Y tú eres el único al que le gusta escribir. Así surgió el libro", cuenta.

Ese libro, La Sociedad de la Nieve, no solo reunió por primera vez las voces de todos los supervivientes, sino que se convirtió en la base de la exitosa película homónima de J.A. Bayona. "Mi tarea era llegar hondo, no más lejos. Esta historia habla bien de los que sobrevivieron y de las familias que nos dieron su confianza. Bayona supo captar el umbral exacto entre la vida y la muerte", afirma.

Strauch, arquitecto de profesión, es también autor de Desde el silencio, y ha regresado a la montaña más de una veintena de veces. "Cuando oímos que venía el rescate, fue una satisfacción indescriptible. Ahí volví a nacer. Sufrimos mucho, pero viví los momentos más intensos de mi vida. Es una experiencia que no quiero olvidar".

En palabras de Félix Ángel Carreras, director de TRIBUNA GRUPO: "La historia del accidente de Los Andes es conocida en todo el mundo. Pero contarla así, desde dentro y desde fuera, con dos testigos directos, es un privilegio. Salamanca lo ha entendido desde el primer minuto".

El ciclo 'Las charlas de La Sociedad de la Nieve' continúa el miércoles 11 de junio en Valladolid (Universidad Europea Miguel de Cervantes) y culmina el jueves 12 en el Ateneo de Madrid, donde también se ha agotado el aforo. La iniciativa cuenta con el patrocinio de BCD Travel, Fundación Caja Rural de Zamora, ASPASIA y la Denominación de Origen Rueda, así como con la colaboración de instituciones como la Universidad de Salamanca, CEOE Salamanca, el Ayuntamiento y la Diputación de Valladolid.

Pero hoy, la historia ha respirado en Salamanca. No solo se ha contado: se ha revivido.

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