El Real Ávila agranda su gesta y encarrila la eliminatoria

Un gol en propia del Cacereño y otro de penalti le dan una sorprendente victoria a los encarnados en el partido de ida de las semifinales del ascenso a Primera RFEF

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Javier Ruiz-Ayúcar
Javier Ruiz-Ayúcar
Lectura estimada: 3 min.
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Ni los más optimistas se hubieran atrevido a pronosticar un resultado como el que el Real Ávila ha conseguido este sábado en el partido de ida de la semifinal de la fase de ascenso a Primera RFEF. Ya parecía difícil sacar algo positivo de un rival como el Cacereño, que no perdía un partido desde el 8 de febrero en un grupo tan duro como el 5, mucho más el 2-0 con el que los abulenses no solo han terminado con la imbatibilidad de los extremeños, sino que también han ganado enteros para pasar la eliminatoria.

A veces el fútbol es cuestión de fé, y hoy en el Adolfo Suárez había mucha, pero también hay que contar con la suerte. En un partido poco sobresaliente a nivel de juego, un gol del Cacereño en propia meta y un tanto de penalti en el descuento cerraron un resultado muy favorable para los abulenses, que tendrán que hacer bueno la semana que viene.

No empezó bien la cosa para los locales. El Cacereño pareció salir consciente de su superioridad y ya en los primeros minutos ejerció un dominio que puso en aprietos al guardameta Álvaro en varias ocasiones que entre él y la defensa, muy seria todo el partido excepto en momentos puntuales, supieron solventar. Con el paso de los minutos las fuerzas se fueron equilibrando y a la media hora de partido el control ya era de los encarnados, a pesar de que ese control no se traducía en ocasiones.

De hecho, las más claras de la primera mitad fueron para los visitantes, que dispusieron de hasta cuatro ocasiones de gol que podrían haber llevado el partido por otros derroteros.

La segunda mitad pareció seguir el mismo guión. Al inicio el Cacereño se volcó al ataque ante un Real Ávila espeso y que dejaba muchos espacios pero que poco a poco fue recuperando el control, sin llegar a dominar.

Ya se barruntaba el 0-0 cuando, en el minuto 76, Víctor Valdés se decidía a sacar al campo a su máximo goleador, Mario Rivas, incomprensiblemente ausente del once inicial por segundo partido consecutivo. La grada, abarrotada como nunca con 1.700 almas en la local y otro millar en la visitante, se lo tomó como medio gol. Y parece ser que no iba desencaminada porque cinco minutos después el encarnado Adilson cazaba un balón fuera del área que golpeaba en un defensa extremeño para colarse en la portería visitante poniendo el 1-0.

Tras ese inesperado golpe y con poco triempo para la reacción, el Cacereño se estiró, adelantando sus líneas y dejando espacios que supieron aprovechar los abulenses. En el descuento un error defensivo de los extremeños propició la caída de hasta tres jugadores del Real Ávila en el área rival. Mario Rivas fue el tercero que cayó y el que provocó el penalti que él mismo marcaría para poner el 2-0 ante la locura de la afición.

El Real Ávila, así, agranda su hazaña y, recién ascendido a Segunda RFEF, pone un pie en la final por el ascenso a Primera RFEF. Parece que Víctor Valdés ha llegado con un pan bajo el brazo y lo comprobaremos en el partido de vuelta, el próximo domingo a las 12 horas en el estadio Príncipe Felipe de Cáceres.

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