El Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza para un matrimonio acusado de mantener encerrados en condiciones insalubres a sus tres hijos -dos gemelos de 8 años y su hermano mayor, de 10- en una vivienda unifamiliar de una zona rural de este municipio asturiano. La decisión, adoptada en acuerdo con el Ministerio Fiscal, también contempla la suspensión de la patria potestad y la atribución de la tutela de los menores al Principado de Asturias.

La investigación judicial se ha iniciado por presuntos delitos de violencia doméstica, maltrato psicológico habitual y abandono de menores, aunque también se baraja la posible comisión de un delito de detención ilegal, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Asturias.

El matrimonio, un ciudadano alemán de 53 años y una mujer de 48 con doble nacionalidad alemana y estadounidense, prestó declaración judicial con la asistencia de un traductor. Ambos han sido trasladados al Centro Penitenciario de Asturias.

Los menores, encontrados en un entorno insalubre, sin escolarizar, con mascarillas y pañales, han sido ingresados provisionalmente en un centro de acogida gestionado por la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, donde se evalúa su estado físico y psicológico tras años de aislamiento.

El caso salió a la luz el pasado 14 de abril tras la denuncia verbal de una vecina a los servicios sociales del Ayuntamiento de Oviedo. A raíz de esta alerta, la Policía Local inició una vigilancia que culminó con la entrada en el domicilio el lunes pasado, descubriendo a los tres niños en condiciones alarmantes, entre basura y restos de comida.

El entorno, conocido ahora como la 'casa de los horrores', había sido alquilado por el matrimonio en octubre de 2021. Solo el padre figuraba empadronado oficialmente. Durante semanas, la vivienda no mostró signos de actividad, salvo por esporádicas apariciones del padre para recoger correo o pedidos de alimentos a domicilio.

La Fiscalía solicitó el ingreso en prisión al considerar que existía riesgo de fuga y para garantizar la protección de los menores. En estos momentos, la Guardia Civil ha asumido la investigación del caso. Una de las principales hipótesis apunta a que el confinamiento familiar pudo estar motivado por un temor extremo a la COVID-19, dado el hallazgo de numerosas mascarillas y medicamentos en la vivienda.

Los niños se comunicaban entre ellos en inglés, aunque no se ha confirmado si recibieron algún tipo de educación en el hogar. Ahora están bajo evaluación de los servicios sociales del Principado para determinar las secuelas psicológicas del prolongado encierro y aislamiento social.