La localidad de Navalacruz ha acogido este sábado la VI edición de Mascarávila tras tres años de parón forzoso debido a la pandemia del Covid donde se ha escenificado la unión de cucurrumachos, harramachos, zarramaches, machurreros y toras en una de las citas de año más tradicionales por la recuperación de tradiciones ancestrales de la provincia.

Un evento donde las máscaras y danzas se han fusionado con la gastronomía y la artesanía para ofrecer cuyo mercado con los productores locales ha dado visibilidad también a los productos artesanos y agroalimentarios de la tierra.

 Todo ello en “un día para disfrutar de nuestras tradiciones y raíces, para sentir el orgullo de nuestra provincia, del color de las diferentes mascaradas, de los bailes, de las danzas y de la gastronomía con varios escenarios donde se han dado cita algunos de los productos de la provincia abulense”, ha asegurado Carlos García, presidente de la Diputación de Ávila.

García también ha confirmado que la asociación Mascarávila va a incluir a más municipios en las próximas ediciones, “porque también hay vestigios, recuerdos, hay otra serie de mascaradas”. Un compromiso de la Diputación “de no mantener solo el presente, sino también trabajar con todas las generaciones de cara a futuro para recuperar las raíces de una provincia que cree en su gente”, ha expresado.

Mascarávila también ha servido para homenajear a Senén Fernández, uno de los impulsores de la recuperación de los harramachos y que falleció el 1 de abril de 2020 durante la primera ola del Covid.