La Sombra del Ciprés
El Club de los poetas tuertos

Aquellos escritores malditos que se drogaban, tenían trastornos psicóticos y experiencias traumáticas a tutiplén han dado paso a unos poetas más guapos y aparentemente sensibles que se mueven como pez en el agua en el escenario real y virtual, a unos jóvenes comprensivos que a su vez ensalzan el pasado malditismo intercalando palabrotas en sus prosaicos poemas de desamor.
Se trata de un sufrimiento pueril que contrasta con la imagen de aquel escritor ahogado en el vómito de su existencia.
Ayer yo tuve un sueño. Soñé con ese genio enfrascado en dar forma a sus pensamientos e historias, dejándose el alma y su sangre en la tinta, plasmando en papel toda esa riqueza estéril que jamás será leída. La introversión como fuente de distanciamiento y observación del paisaje social, y la timidez como riqueza intelectual, han sucumbido frente a la socialización del poeta, frente a un retroalimentado circuito de escaparates donde el número de seguidores alimenta mercados e inunda el paisaje desértico de una pobre creatividad, de una entonación plana de cantos de loros apaleados. Hoy, ni Salinger ni Ezequías Blanco entrarían en el rutilante circuito poético, que pena.
Cuando tu afición a la escritura te lleva a publicar un libro de poesía y descubres la importancia de tu imagen al asistir a recitales y micros abiertos donde además de recitar tocan la guitarra, donde se posicionan en un encuadre perfecto de experto poeta fotogénico, es entonces cuando analizas el poder de lo intensito y de esa literatura de poses para acabar llorando obligándote a reír.
Alguien tendrá que decir que esa poesía vacía está más próxima a la mierda que al verso. Creo que para poder madurar nos deben poner verdes. La escasa crítica y el ambiente sectario de halagos mutuos bajo el paraguas de un gurú poético común, plaga el confuso lirismo panorámico en aplaudidas montoneras de rimas libres monotemáticas y monocordes.
Oí que Oscar Wilde consultaba con su editor el enfoque de sus intervenciones en público, hasta pactaban vestuario y sus gestos. Hoy no hay tiempo para instruir, el poeta y escritor debe tener un dominio escénico que le permita asistir a festivales, a recitales, a tertulias, a programas de radio y televisión.
Ayer “youtuber” un sueño. Soñé que todo era una pesadilla a punto de despertar. Soñé que pronto acabaría el reino de las lentillas de colores y triunfaría el Club de los poetas tuertos, el club de aquellos anónimos genios rapsodas que guillándote el ojo te convertirían en cómplice de una literatura más valiente, satírica y mordaz.
POR ÁNZONI MARTÍN
Comentarios
Deja tu comentario
Si lo deseas puedes dejar un comentario: